El artículo de Pablo Fernández Márquez analiza los dos últimas publicaciones de la revista Artes de México (números 17 y 18) bajo la dirección de Rafael Salas Anzures. La primera de ellas (17) aborda la escultura prehispánica mexicana perteneciente a colecciones estadounidenses, citando aquellas que se encuentran en museos tales como la National Gallery of Art de Washington; el Smithsonian Museum; el American Museum of Natural History de Nueva York; y el Peabody Museum de Harvard University. El artículo no cubre todas las piezas de las colecciones, pero repara en unas cuantas de ellas. En particular, es la publicación siguiente (18) la que destaca el crítico por haber sido dedicada a la conmemoración de los veinte años del Taller de la Gráfica Popular (TGP), agrupación que, con ese motivo, llevó a cabo una muestra en el Palacio de Bellas Artes. En este número, se recogen las experiencias y recuerdos de algunos de los miembros del TGP, entre ellos los de Leopoldo Méndez, Fanny Rabel, Mariana Yampolsky y Pablo O’Higgins.

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Si bien la nota de Fernández Márquez es un homenaje al Taller de Gráfica Popular (TGP) en sus veinte años de vida, en verdad los festejos fueron modestos. En aquel momento la agrupación transitaba por un período de crisis en la que se cuestionaba tanto la difusión como la calidad de sus grabados, además del contenido de los mismos. Los propios artistas del taller reflexionaron sobre estos problemas durante todo el año anterior, dando, en el artículo, algunas de las razones por las cuales su actuación se ve limitada; entre ellas, la prohibición de fijar sus carteles en las calles. Dicha prohibición bajo ningún aspecto es admitida por el grupo. Ante ella, Fanny Rabel (1922-2008) opinaba: “debemos exigir los muros, son nuestra tribuna”. Para Leopoldo Méndez (1902-69), líder de la organización, el trabajo del TGP consistía en buscar en la historia “con emoción” volcada a lo que consideraba “una responsabilidad patriótica (…) frente al peligro en que se encuentra México”.