En este documento que cuenta con cierta precisión crítica, Mário de Andrade (1893?1945) encaja el modo de producción del dibujante, ilustrador y grabador Oswaldo Goeldi (1895?1961) dentro de la tradición germánica del grabado en madera. En 1923, Goeldi fue iniciado en el xilograbado por Ricardo Bampi. En opinión de Andrade y a través del álbum Dez gravuras em madeira de Oswaldo Goeldi, el artista brasileño conserva las “cualidades vegetales” de la madera, a todo lo largo del proceso de impresión. Por otra parte, de Andrade registra, incluso, las cualidades del dibujo en blanco y negro donde Goeldi oscila entre los extremos: “puede ir de la síntesis más ríspida hasta el análisis más amoroso”, considera.
El poeta pernambucano Manuel Bandeira (1884?1968) fue además crítico de arte, profesor de literatura y traductor; es él quien introduce el álbum de Goeldi. A partir de su poema Os sapos [Los sapos] se le considera como integrante de la Semana de Arte Moderna (1922). En la época en que escribe el prefacio para el álbum de Goeldi, Bandeira ya había publicado un libro de importancia radical, Libertinagem [Libertinaje, 1930], donde adopta efectos bastante afines al “modernismo” brasileño vía versificación libre. Contiene poemas ejemplares como “Evocação do Recife” [Recuerdo de Recife] y/o “Vou-me embora pra Pasárgada” [Me estoy yendo hacia Pasárgada].