El ensayo de Víctor Alejandro Sorell es un exhaustivo estudio en el que trata sobre más de cien artistas y colectivos chicanos y mexicanos del siglo XX activos durante las décadas de sesenta a la de noventa, incluidos cineastas, artistas de performance y activistas, todos los cuales tuvieron que gestionar y superar el bastante complejo, provocador y recurrente tema de la inmigración. Sorell enmarca la discusión de los trabajos de estos artistas en un análisis de las políticas tanto de inmigración como de la cultura mexicana y chicana durante la década de noventa, citando la hostilidad del clima político (esto es, la aprobación de la Proposición 187 en California) y la relación entre inmigración y cultura, de modo más somero, en los Estados Unidos. Además, contextualiza su discusión de los artistas con una narrativa revisionista de las historias de inmigración y cultura en los Estados Unidos, argumentando que tanto el mestizaje cultural como la cultura mexicana han sido parte fundamental de la cultura estadounidense desde comienzos del siglo XVIII hasta el XX. El análisis de los artistas elaborado por Sorell se centra en la “iconografía y la semiótica de la inmigración”, prestando especial atención a la unificación de la imagen verbal y no verbal, la cual le sirve como estructura teórica del análisis. En el estudio se examinan y comentan la obra Las Comadres, además de Terry Allen, Armando Rascón y otros artistas. Sorell finaliza su texto sugiriendo asuntos adicionales que requieren investigación; entre ellos, estudios de arte donde se analice, también, la frontera canadiense y los artistas desplazados de Latinoamérica que operan en México.