Amalia Mesa-Bains presenta aquí una exposición de arte chicano que narra la historia cultural chicana describiendo la relación entre varias de las obras de la muestra con diversos temas. La narrativa sobre la historia cultural chicana se organiza alrededor de temas que tratan la tierra, la familia y la vida después de la muerte, explicando cómo cada uno de ellos ha contribuido a la identidad contemporánea chicana. Argumenta que, en todos los aspectos, la identidad chicana está arraigada en tradiciones que abarcan la historia mesoamericana, la colonial y la de principios del siglo XX. En la parte sobre la “Tierra”, Mesa-Bains explica la manera en que los chicanos adoptaron la palabra Aztlán, del idioma náhuatl, para referirse a la patria espiritual de los indígenas mexicanos situada, según la creencia, en el actual norte de México y sudoeste de los Estados Unidos. Las anexiones de territorios mexicanos por parte de los Estados Unidos en 1848 [California, Colorado, Arizona, y Nuevo México; Tejas (1845)], entre otros conflictos fronterizos, es uno de los sucesos históricos que Mesa-Bains cita como prueba de la larga historia vivida por los chicanos como pueblo geográficamente desplazado. En lo referente sobre la “Familia”, ella argumenta que, siendo consecuencia de esta historia de desplazamiento, la familia ha cobrado especial importancia para la identidad chicana. Pero la familia representa, también, un punto álgido de tensión, ya que las mujeres chicanas han tratado de impugnar los valores tradicionales remodelando una iconografía tan tradicional como la Virgen de Guadalupe y La Llorona. En “La vida después de la muerte”, finalmente, Mesa-Bains destaca, entre otras cosas, que la dualidad de vida y muerte —enraizada en el catolicismo mexicano y en las creencias populares— ha ejercido su influencia en la identidad chicana. Se describe el surgimiento de tales ideas como siendo las fuentes temáticas de obras de esta exposición. Mesa-Bains muestra también, en un plano más abstracto, las maneras en que muchos de los artistas de la exposición expresan la larga historia chicana de resistencia ante las culturas dominantes, el desplazamiento y la agitación política.