Hay, en el cierne de este anteproyecto, el esfuerzo del pensamiento “modernista” brasileño para instituir un programa de organización de la cultura en el cuerpo del Estado Novo durante el régimen político de Getúlio Vargas (1930?45). La actuación de Mário de Andrade (1893?1945), en el meollo de las actividades llamadas “modernistas”, siempre se orientó hacia la renovación artística y literaria, así como también hacia la defensa del patrimonio cultural y de las tradiciones populares, en amenaza constante por los adelantos de la propia modernidad.
Mário de Andrade —en su papel multidisciplinario de crítico, poeta y musicólogo— buscó solucionar el dilema del enfoque “modernista” frente a las experiencias realizadas en el dominio de la cultura popular; o sea, las innumerables tradiciones presentes en el vasto territorio brasileño, en peligro de extinción por el avance de la civilización. En la década de los veinte, el autor realizó viajes etnográficos tanto por el norte (Amazonia y Pará) como por el noreste brasileño (de Ceará a Bahía). Hacia 1938, de Andrade organizó las Misiones de Investigaciones Folclóricas (Missão de Pesquisas Folclóricas) con objeto de registrar el folclore musical y recopilar ejemplos (y ejemplares) de ese material cultural. Siendo director del Departamento de Cultura (1935?38), a instancias de Mário de Andrade se funda en Brasil la Sociedade de Etnografia e Folclore.