De origen lituano, Lasar Segall (1891–1957) —el pintor, grabador y escultor— fue altamente influenciado por corrientes tales como el impresionismo, el expresionismo y el modernismo. Con frecuencia ilustró el sufrimiento humano, la guerra, la persecución y la prostitución. Había estado por primera vez en el Brasil, en 1912, cuando tuvo oportunidad de exponer tanto en São Paulo como en Campinas. En enero de 1924 (una década después) llegaría finalmente al Puerto de Santos con su mujer, Margarete, siendo que muy poco tiempo después se encontró con los simpatizantes del modernismo en lo que era su nuevo lar. Los modernistas siguieron teniendo encuentros allí y Segall, aunque permaneció en el Brasil, no dejó de hacer viajes a Europa, mostrando su obra en ambos contextos. Obtuvo la nacionalidad brasileña en 1927, pasando así todo el resto de su vida en territorio brasileño. El vivir en el país propició su temática base, al pintar la trata de blancas en la zona roja de Río de Janeiro, haciéndose cada vez más cubista en sus formas. Su obra se vuelve controvertida al ilustrar tanto a las trabajadoras del sexo como a una humanidad que sufre.
Novíssima, la revista donde el presente texto se publica, trataba asuntos de literatura y política (con ideología de cuño nacionalista). Circuló en el eje Río-São Paulo, entre los años de 1923 y 1924, bajo la dirección tanto del periodista, poeta y crítico literario Cassiano Ricardo (1895–1974) como del periodista, abogado, escritor y poeta Francisco Pati (1898–1970).