Esta edición de A Revista publica la segunda parte del ensayo de Magalhães Drummond sobre el modernismo en el Brasil [“modernismo” ajeno del todo a la corriente literaria liderada por Rubén Darío y volcado, a su vez, a las ideas de la vanguardia europea]. El autor constata la preocupación de los artistas de su época con la expresión de la “psyché (psique) brasileña”, del “espíritu” y de la “inteligencia” que constituyen el llamado “cierne de la nacionalidad” [según el escritor Euclides da Cunha]. Drummond percibe que en todas las manifestaciones artísticas de ese momento prepondera el “asunto brasileño”, al mismo tiempo que se va aglutinando una “técnica (artística) brasileña”. Sobre esto, Magalhães Drummond observa que ya no se trata del simple indianismo, sino de la “sedimentación étnica”, la proyección de la mentalidad brasileña a partir de lo que denomina “mezcolanza racial, transfusiones y permutaciones seculares”. En torno a la técnica, el autor no define principios, aunque apueste en medios y soluciones correspondientes a las “aspiraciones y anhelos del Brasil actual”. Los años veinte llegan entonces a la mitad de la década, y Magalhães Drummond examina minuciosamente un perfil de lo que, a su juicio, se constituye como el momento brasileño: aquel donde suceden los más variados asuntos de diferenciación idiomática frente a la metrópoli portuguesa, además del cuestionamiento del “indianismo postizo e inoportuno” que es colocado al margen en función del propio mestizaje. El autor cree a pie juntillas en la existencia —dentro de la denominada Escola Paulista— de una serie de escritores cuya obra se halla en “estrecha consonancia espiritual con la gran hora nacional”. Esos chispazos de superación colonial van mucho más allá del verso y de la novela. El autor los vislumbra en la pintura, y sobre todo en la música, específicamente en la del compositor Heitor Villa-Lobos, cuyos motivos son, sin lugar a dudas, “una forma de liberación brasileña”.

Este “brasileñismo” del que habla Magalhães Drummond implica la búsqueda incesante del autor del “carácter brasileño” en todas las manifestaciones, artísticas o no, de la vida nacional. El país, en ese momento brasileño, era un punto de convergencia de tendencias en conflicto; las cuales, aún siendo opuestas, procuraban de cualquier modo una esencialidad identitaria, una médula que comenzara a distanciarlos del pesado lastre colonial portugués (en la política) y francés (en la cultura).

A Revista es una publicación literaria del modernismo brasileño, con periodicidad mensual, que circuló en Belo Horizonte (Minas Gerais) durante 1925, saliendo sólo tres ediciones. En su consejo editorial constan nombres de intelectuales que se destacarán en las décadas siguientes: Carlos Drummond de Andrade, que ese año publica su poema radical Uma pedra no meio do caminho [Una piedra en medio del camino]; el memorialista Pedro Nava; el periodista y político Milton Campos; y el futuro ministro de educación (del Estado Novo) Gustavo Capanema. Bajo la iniciativa de este último será construido el Ministério da Educação e Saúde (1936), marco histórico de la arquitectura moderna en el Brasil. En su concepción, hubo la participación del arquitecto suizo Le Corbusier, y el proyecto lo desarrollaron los brasileños Lúcio Costa, Affonso Eduardo Reidy y Oscar Niemeyer, entre otros.