El “grupo sin grupo” (como los llamó Xavier Villaurrutia) o el “Grupo de soledades” (como los denominó Jaime Torres Bodet) —una generación aparentemente más volcada hacia la poesía, más ensayista y menos novelista, insertada dentro de una época de consolidación de identidades, búsqueda de alternativas culturales y de propuestas nacionalistas— ya había publicado antes seis números de la revista Ulises. No obstante, su significación posterior descolla con la publicación Contemporáneos. Revista de cultura mexicana. Fueron 43 números mensuales (junio de 1928-diciembre de 1931), editada por Bernardo J. Gastélum, Jaime Torres Bodet (1902-74), Bernardo Ortíz de Montellano (1899-1949) y Enrique González Rojo, en donde destacó el universalismo con la presencia de autores franceses: (Guillaume Apollinaire, Jean Cocteau, Paul Éluard, André Gide, Jules Supervielle, Jules Romain); entre los latinoamericanos (Jorge Luis Borges, Vicente Huidobro, Juana de Ibarborou, Juan Marinello); de habla inglesa (T. S. Eliot, Langston Hughes); y los españoles Rafael Alberti, Manuel Altolaguirre, Sebastián Gasch, Benjamín Jàrnes, León Felipe [Camino], Gerardo Diego y Gabriel García Maroto. El artículo de este último disgustó profundamente a Diego Rivera (1886-1957), quien, después de un viaje a la Unión Soviética, lo atacó febrilmente en una conferencia dictada en el Anfiteatro Simón Bolívar de la Escuela Nacional Preparatoria. Ermilo Abreu Gómez cuenta la anécdota: “Inocentes o tontos, Bernardo Ortiz de Montellano y yo fuimos a escucharla y nos sentamos en primera fila. De pronto vimos salir a Diego con un ejemplar de Contemporáneos. ¡Dios santo, lo que nos dijo! Replicó a García Maroto, añadió todo lo que se le ocurrió en defensa de su obra y luego la tomó con nosotros”.