El artículo —realizado por el entonces joven escritor Carlos Heredia Jasso, quien gustaba de trabajar el género biográfico— refiere el trabajo del pintor José Clemente Orozco. Inicia su relato con el retrato laboral del personaje, buscando descifrar su obra y enunciando una serie de cualidades intrínsecas. Relata la importancia del pintor muralista dentro del medio artístico mexicano, a la vez que describe cómo se inició su gusto por las artes, mencionando su inicial formación en la Academia de San Carlos. Sigue un relato biográfico en el que describe primero su aspecto físico con gran detalle: su cabello, su cuerpo, su rostro, cada detalle del mismo (como los ojos). Además, analiza sus rasgos físicos, uno por uno, dando una idea muy puntual de sus formas. Heredia Jasso, incluso, describe su cuerpo: habla de su mano izquierda manca, de su espalda y su forma de caminar logrando un retrato vívido del personaje. El escritor procura establecer, de alguna manera, su carácter y su forma jocosa de recibir el mundo. Todo ello, enmarca una descripción que permite, al lector, acercarse a un personaje de carne y hueso; está en juego comprender la grandeza del pintor que va a descubrir enseguida. Es en la tercera sección donde se inicia el relato biográfico del lugar y fecha de nacimiento y, a través de una sucesión de eventos cronológicos de su infancia y adolescencia, muestra el desarrollo profesional de Orozco. El recorrido va de su deambular por diversos oficios y profesiones hasta llegar a formarse como pintor, al lado del maestro Fabrés, en la Academia de San Carlos. Pletórico de anécdotas, el ensayo permite conocer de cerca una serie de aventuras por las que atravesara el maestro Orozco para llegar a ser parte sustancial del México contemporáneo, describiendo sus posturas político-ideológicas. Al final de su ensayo biográfico, Heredia Jasso presenta las principales obras del maestro, comentando la secuencia cronológica con la que fue realizando sus obras murales más destacadas. Va enumerándolas desde la primera, en 1922, en la Escuela Nacional Preparatoria, hasta la más reciente de aquel momento (1944), realizada sobre los muros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Finalmente, se van intercalado en este relato sus estancias y obras realizadas tanto en Estados Unidos como en sus viajes a Europa.