Análisis de la literatura latinoamericana en dos momentos clave. Primero, hasta 1930, período de la conciencia pasiva del atraso y correspondiente a una ideología que exalta los valores de la patria y del terruño, viniendo, así, a compensar la debilidad material de la región. Y segundo, al inicio de la segunda posguerra donde hace mella la conciencia del atraso, pero siendo a niveles catastróficos equivalentes a la noción de país subdesarrollado. El ensayo del crítico literario Antonio Cândido se orienta hacia la problematización de varias influencias, desde la inevitable hasta la innecesaria. En ese sentido, el autor considera que la etapa más importante en cuanto a la superación de la dependencia cultural de los países de América Latina estriba en su capacidad de producir obras de primera magnitud, aunque elaborada no bajo el influjo de matrices extranjeras inmediatas, sino de ejemplos nacionales anteriores.

El eminente intelectual, sociólogo y crítico literario Antonio Cândido de Mello e Souza (n. 1918) establece un avalúo ya sea de la copia servil como de modelos extranjeros. Y lo hace en referencia al exotismo regional que se entrega a la sensibilidad eurocéntrica. A su juicio, y en el meollo de la literatura latinoamericana, se trata de dos facetas de la repercusión de la condición de atraso y del propio subdesarrollo económico. Para procurar encuadrar aquellas obras que no encajan en ninguna de ambas tendencias, Cândido genera una tercera opción que denomina “super-regionalista”. En esta, el carácter universal de la región supera sus características pintorescas, ya sea en la selección temática y de asuntos así como en la elaboración del lenguaje.

[El presente documento refleja el interés por la] búsqueda de categorías unificadoras que se fundamentan en aspectos socio-culturales. Sin abandonar jamás el eje “de literatura y sociedad” (Princeton University Press, [1965] 1995) desde sus primeros ensayos en los años cuarenta, Cândido vino a privilegiar este enfoque de una izquierda crítica, aunque antipartidaria. No obstante que A formação da literatura brasileira (momento decisivo), publicado en 1959, se considere su obra máxima, este texto viene a reforzar el debate álgido en Brasil entre la producción de las vanguardias y el estado socio-económico del país. Aunque el autor se remonta en su texto (publicado en 1989) hasta la década de los treinta cuando refiere a Mário Vieira de Mello como un precursor del asunto, existe un trasfondo inevitable y polémico al respecto. Se trata del asunto sobre “cultura política” levantado por Ferreira Gullar en Vanguarda e subdesenvolvimento: ensayos sobre arte (1963–69), publicado bajo el trasfondo del golpe militar, vía debates en el PCB (Partido Comunista Brasileño), la RCB (Revista Civilização Brasileira) y el grupo Opinião.

Del otro lado de la moneda estaba, como defensor de la pertinencia o contundencia del discurso y vocabulario vanguardista en el tercer mundo, el reconocimiento internacional alcanzado por el grupo de São Paulo encabezado por los integrantes de la Poesía Concreta, para quienes el aspecto socio-cultural no era punto de partida de nada.