En el artículo se comenta que la luna de miel del pintor Alfredo Ramos Martínez, al frente de la dirección de la Escuela Nacional de Bellas Artes, se ha visto opacada porque los alumnos de la Academia piden a gritos su renuncia; a la vez que los estudiantes de las escuelas de Pintura al Aire Libre apoyan su gestión. El periodista reseña, a través de un reportaje realizado en directo con el personal de la Academia, algunas huelgas y motines ocurridos en el pasado. Para enterarse, D. S. Arias entrevista al conserje de la escuela, quien recuerda una protesta de los alumnos en 1923 contra el maestro Eduardo Macedo y Abreu, del cual pedían su renuncia por impuntual. El portero no quiso dar más datos y condujo al autor de esta nota hacia las oficinas del subdirector Carrillo Gariel para que continuara con su indagación. El funcionario le comentó su extrañeza ante los sucesos que vivía la Academia y se dedicó a comentarle algunos datos históricos sobre conflictos pasados, enfatizando la huelga de 1912 y los autores que en ella intervinieron. La pregunta final giró en torno a si se podía justificar la actitud de los alumnos enemigos de las escuelas de Pintura al Aire Libre; a lo cual respondió que, en carácter de subdirector, no se le permitía emitir ningún juicio al respecto. En todo caso, sería el director del plantel el indicado para hacerlo. Finalmente, el periodista relata que, estando de salida del plantel, se le acercó un joven estudiante quien se ofreció llevarlo a las escuelas libres para enseñarle las faltas por las cuales acusaban a Alfonso Ramos Martínez.