En 1958 Industrias Kaiser Argentina (IKA), con sede en la provincia de Córdoba, inicia un proyecto de difusión del arte con la creación del I Salón IKA. La organización comienza por convocar solamente artistas cordobeses aunque, en las cuatro ediciones siguientes, la propuesta se extenderá a algunas otras provincias del interior del país. En 1961, IKA decide ampliar la propuesta a nivel nacional y organizar un certamen de pintura de carácter bienal, con proyección internacional. Estas Bienales Americanas de Arte (BAA) servirían a IKA como medio de promoción, a la vez que ponían de manifiesto la política panamericanista de la empresa, respaldada y promovida por la OEA. El artículo señala la importancia que ha adquirido la BAA luego de su primera edición, citando notas y titulares publicadas en diarios de diferentes países latinoamericanos, los cuales participarían en la II BAA. De esta manera, da cuenta de las expectativas que se fueron generando en torno al certamen, desde mayo a julio de 1964, faltando muy poco tiempo para la inauguración de la Bienal. Expectativas no sólo desde la empresa patrocinadora, IKA, sino también desde los países que se verían involucrados. Al mismo tiempo, destaca el trabajo realizado por los organizadores del evento, prestando especial atención a las tareas de difusión que comprendían, entre otras, el envío de información a críticos de arte e instituciones culturales; correspondencia a embajadores, pintores, periodistas; concursos fotográficos cuyo tema era la Bienal; pasajes gratuitos de Ferrocarriles Argentinos a periodistas para facilitar y asegurar su concurrencia, etc. La II BAA tendría lugar en la Universidad Nacional de Córdoba, con la participación de artistas de diez países —Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela y Argentina— que serían elegidos por un Comité de Selección creado en cada país para la ocasión. El jurado estaría presidido por Umbro Apollonio, Director del Archivo Histórico de Arte Contemporáneo de la Bienal de Venecia; a quien se sumaría José Gómez Sicre, como representante del departamento de Artes Visuales de la OEA y un miembro por cada uno de los países participantes: Oscar Cerruto (Bolivia); Geraldo Ferraz (Brasil); Antonio Romera (Chile); Marta Traba (Colombia); Carlos Rodríguez (Ecuador); Josefina Plá (Paraguay); Juan Manuel Ugarte Elespuru (Perú); Luis García Pardo (Uruguay); Inocente Palacios (Venezuela) y Aldo Pellegrini (Argentina). Por otra parte, se señala en el artículo que cada país podría participar con hasta doce pintores, los cuales deberían presentar tres obras. La mayoría de los países contaron con entre siete y doce representantes. En el caso de Ecuador el número de representantes fue muy por debajo del límite establecido, quedando representado por tan sólo dos artistas. Por otra parte, la excepción a la regla fue Colombia, cuyo envío estuvo compuesto por obras de catorce artistas. El artículo señala, también, algunos de los actos que acompañarían a la Bienal y vuelve a destacar el optimismo con que “la prensa sudamericana ha recibido esta ambiciosa realización.” Gacetika era la revista que IKA publicó desde 1958, siendo editada por la Dirección de Relaciones Públicas de la empresa. Su director era Christian Sörenson, quien incluso se desempeñaba como Director de la BAA y Gerente de Relaciones Públicas de IKA.