Jorge Juan Crespo de la Serna consideraba que, más que hablar del fracaso de la I Bienal Interamericana de Pintura y Grabado, era importante tomar en cuenta que este tipo de eventos servían tanto para abrir espacios de diálogo como para presentar diversidad de estilos. Más aún, frente al debate entre figuración y abstracción, el crítico de arte manifestaba que algunos pintores continuaban siendo fieles al realismo de tipo folklórico y estático; otros habían optado por los lenguajes del arte abstracto el cual, a su juicio, era un arte monótono cuyo paradigma implicaba la negación misma de la pintura. Muy pocos, como es el caso de Candido Portinari (1903-62) habían elegido el camino redentor de una conciliación sintética de ambas tendencias. Aunque, afirmaba que, en aquellas corrientes opuestas, se lograban percibir motivos de originalidad valiosa. Esto, más bien, coincidía con la postura de Rufino Tamayo (1899-1991) quien realizaba un arte semifigurativo.Miguel Álvarez Acosta, Director del Instituto Nacional de Bellas Artes (período 1954-58) y Miguel Salas Anzures, jefe del Departamento de Artes Plásticas (1957-1961) del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL) fueron los organizadores de las dos bienales que se presentaron en el Museo Nacional de Artes Plásticas (Palacio de Bellas Artes). La primera bienal (6 junio al 30 septiembre de 1958) estuvo conformada por cuatro muestras-homenaje dedicadas a José Clemente Orozco, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, además del brasileño Candido Portinari. En esta bienal hubo un descontento generalizado debido tanto a la organización como a la injerencia del Frente Nacional de Artes Plásticas en el jurado. En la segunda bienal que se celebró en 1960, muchos artistas, como José Luis Cuevas, Francisco Icaza, Arnold Belkin, entre otros, no participaron en protesta por el encarcelamiento de David Alfaro Siqueiros (1896-1974). En ambas exposiciones participaron Argentina, Bolivia, Brasil, Canadá, Colombia, Costa Rica, Cuba, Chile, República Dominicana, Ecuador, Estados Unidos, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico y Venezuela. El nombre oficial de la Bienal y el que más se utilizó fue "Bienal Interamericana de Pintura y Grabado", aunque circularon otras denominaciones como "Bienal de Artes Plásticas", "Bienal Panamericana de Pintura".