Mediante una entrevista al artista plástico Sebastián Gordín, el artículo reseña la muestra que montó en la puerta del ICI (Instituto de Cooperación Iberoamericana) en 1992. Se indaga cómo se le ocurrió esta idea, cómo la desarrolló y la repercusión que tuvo. La obra, según el artista, consistía en una maqueta del ICI dentro de la cual exponía su propia obra. Ante la pregunta de Fabián Lebenglik sobre sus “próximas muestras de esta envergadura”, Gordín responde que piensa seguir exponiendo en lugares que le resultan inaccesibles, como por ejemplo el Museo Nacional de Bellas Artes ( Buenos Aires), en la puerta de la galería Ruth Benzacar, en la Guggenheim de Nueva York y, tal vez  también, en el Cuartel Central de la Policía Federal. Como preámbulo de la nota, Lebenglik sostiene que “en un medio tan dinámico como el de la plástica de los últimos años, donde los artistas pasan de la [marginal] galería del Centro Cultural Ricardo Rojas casi sin transición al [reconocimiento] (Recoleta, al ICI o la Galería Ruth Benzacar), la necesidad de los artistas por mostrar sus trabajos no converge piramidalmente en un par de lugares [siendo que] ciertos efectos de la posmodernidad hacen virtualmente intercambiable el margen y el centro”

Fabián Lebenglik, crítico de arte, reseñó, desde un primer momento, las exhibiciones de los artistas que formaron parte de lo que se dio en llamar “el grupo del Rojas”, aquellos cuya visualidad dentro del campo artístico quedó unida a la Galería del Rojas (inaugurada a mediados de 1989 en el hall de entrada del Centro Cultural Ricardo Rojas, organismo dependiente de la Secretaría de Extensión Cultural de la Universidad de Buenos Aires).

Espacio marginal (por entonces) dentro del campo artístico bonaerense, el Centro comenzó a adquirir gran visualidad entre 1991 y 1992. Los artistas de “El Rojas” (Fabián Burgos, Graciela Hasper, Feliciano Centurión, Martín Di Girolamo, Alberto Goldestein, Sebastián Gordín, Miguel Harte, Agustín Inchausti, Luis Lindner, Nuna Magiante, Emiliano Miliyo, Esteban Pagés, Ariadna Pastorini, Marcelo Pombo, Cristina Schiavi, Enrique Marmora, Sergio Vila, Benito Laren, Omar Schiliro, Alfredo Londaibere y  Liliana Maresca, entre muchos otros) empezaron a ser incorporados en la agenda de espacios clave de exhibición, como el ICI (Instituto de Cooperación Iberoamericana), el Centro Cultural de España o bien la galería Ruth Benzacar.   

La referencia a poéticas del pasado, como el arte pop, el minimal, el arte concreto (bajo reformulaciones personalísimas) además de ciertos elementos del kitsch, han servido para caracterizar los recursos expresivos de dichos artistas. Hacia fines de la década, los artistas que integraron “el grupo del Rojas”, fueron comprendidos de manera general como los representantes del “arte argentino de los ‘90”.

Por otra parte, el problema “centro-periferia”, abordado por el artículo, se puede rastrear en diferentes notas del semanario Página/12 (Buenos Aires): “Cuando los costados encierran el centro. Un líder de la periferia y dos de sus jóvenes seguidores establecen dos o tres nuevas pautas de ver los común”, “Gumier Maier” (ambos publicados el martes 19 de diciembre de 1989), “Hasper y Nigro. Dos artistas en el teatro” (Martes 8 de agosto de 1989) o “La peregrinación llega al centro. Tendencias” (Martes 15 de mayo de 1990).