En la comprensión del arte argentino de los años noventa, adquiere un lugar vertebral el Centro Cultural Ricardo Rojas. Fundado en 1984, es un organismo de extensión cultural de la Universidad de Buenos Aires en el que se desarrollan variadas actividades como cursos, charlas, ciclos de cine, etc. Tras algunos años de su apertura, en 1989, se creo La Galería del Centro Cultural Ricardo Rojas en el hall de entrada del recinto universitario, dirigida por el artista y crítico de arte Jorge Gumier Maier, sumándose poco después Magdalena Jitrik como colaboradora. En 1997, el propio Alfredo Londaibere asume su dirección. Espacio marginal por entonces dentro del campo artístico bonaerense, comenzó a adquirir importante visibilidad entre 1991 y 1992. Los artistas de “El Rojas” (Fabián Burgos, Graciela Hasper, Feliciano Centurión, Martín Di Girolamo, Alberto Goldestein, Sebastián Gordín, Miguel Harte, Agustín Inchausti, Luis Lindner, Nuna Magiante, Emiliano Miliyo, Esteban Pagés, Ariadna Pastorini, Marcelo Pombo, Cristina Schiavi, Enrique Marmora, Sergio Vila, Benito Laren, Omar Schiliro y Alfredo Londaibere, Liliana Maresca, entre muchos otros) empezaron a ser incorporados en la agenda de espacios clave de exhibición. Cuéntanse entre ellos, el ICI (Instituto de Cooperación Iberoamericana), el Centro Cultural de España o bien la Galería Ruth Benzacar.
La referencia a poéticas del pasado, como el arte pop, el minimalismo, el arte concreto (bajo reformulaciones personalísimas), además de elementos del kitsch, han servido para caracterizar los recursos expresivos de tales artistas. Hacia fines de la década, los artistas que integraron “el grupo del Rojas”, fueron comprendidos, de manera general, como los representantes del “arte argentino de los noventa”.
Véase la nota de Fabián Lebenglik sobre esta exposición publicada en el diario Página/12 en día martes 11 de junio de 1991, intitulada “Una recorrida desde Ezcurra hasta Londaibere” (registro 769342). Este documento es significativo en su materialidad como ejemplo de la “informalidad” que circulaba en “El Rojas” en sus comienzos. Las invitaciones / catálogos de las muestras, consistían en este tipo de hojas sueltas de módico presupuesto.