Jorge López Anaya, historiador y crítico de arte de larga trayectoria, ha escrito en variadas revistas, tanto nacionales como internacionales, y ha publicado diversos libros sobre arte argentino.
El término light —acuñado en este caso por López Anaya para describir el carácter de las obras de Jorge Gumier Maier, Benito Laren, Omar Schiliro y Alfredo Londaibere— tuvo una gran repercusión en dos instancias. Por un lado, se hizo injustamente extensivo a todos los artistas identificados como el “grupo del Rojas”; es decir, aquellos que La Galería del Centro Cultural Ricardo Rojas aunó entre 1989 y principios de los años noventa. Entre ellos podemos mencionar, además de los citados en esta exhibición, a Fabián Burgos, Graciela Hasper, Feliciano Centurión, Martín Di Girolamo, Alberto Goldestein, Sebastián Gordín, Miguel Harte, Agustín Inchausti, Magdalena Jitrik, Luis Lindner, Nuna Magiante, Emiliano Miliyo, Esteban Pagés, Ariadna Pastorini, Marcelo Pombo, Cristina Schiavi, Enrique Marmora, Liliana Maresca y Sergio Vila. Por otro lado, el término fue entendido y reutilizado, también, con carácter peyorativo para referirse a las producciones de este grupo, el cual, al promediar la década, fue comprendido de manera general como representante del “arte argentino de los noventa”. Bajo tales circunstancias, el término “arte light”, cobró aún mayor relevancia dentro de las discusiones sobre el arte de este período.
La referencia a poéticas del pasado, como el arte pop, el minimal, el arte concreto (bajo reformulaciones personalísimas) sin dejar de contar con elementos del kitsch, han servido para caracterizar los recursos expresivos de los artistas de “El Rojas”.
El Espacio Giesso fue uno de los lugares “alternativos” de exhibición durante la década de noventa. Muchos jovenes artistas montaron sus obras en esta sala.