En la comprensión del arte argentino de los años noventa, adquiere un lugar vertebral el Centro Cultural Ricardo Rojas. Fundado en 1984, es un organismo de extensión cultural de la Universidad de Buenos Aires en el que se desarrollan variadas actividades como cursos, charlas, ciclos de cine, etc. Tras algunos años de su apertura, en 1989, se creo La Galería del Centro Cultural Ricardo Rojas en el hall de entrada del recinto universitario, dirigida por el artista y crítico de arte Jorge Gumier Maier, sumándose poco después Magdalena Jitrik como colaboradora. La referencia a poéticas del pasado, como el arte pop, el minimalismo, el arte concreto (bajo reformulaciones personalísimas), además de elementos del kitsch, han servido para caracterizar los recursos expresivos de tales artistas. Hacia fines de la década, los artistas que integraron “el grupo del Rojas”, fueron comprendidos, de manera general, como los representantes del “arte argentino de los noventa”. El libro 5 años en el Rojas (Buenos Aires: Eudeba, 1994) podemos considerarlo como la segunda presentación “institucional” de la galería tras El Rojas presenta: Algunos Artistas (Buenos Aires, Centro Cultural Recoleta, del 26 de agosto al 6 de setiembre de 1992), aunque esto sea en forma de publicación. El texto de Gumier Maier —que funciona como prólogo de las biografías y reproducciones de obras de los artistas— comporta gran interés en la “construcción” que realiza de la “historia” de la galería. Los artistas presentados por esta publicación son: Fabián Burgos, Feliciano Centurión, Beto De Volder, Martín Di Girolamo, Alberto Goldenstein, Sebastián Gordín, Miguel Harte, Graciela Hasper, Agustín Inchausti, Benito Laren, Luis Lindner, Alfredo Londaibere, Nuna Magiante, Enrique Marmora, Ariadna Pastorini, Marcelo Pombo, Elisabeth Sánchez, Cristina Schiavi, Omar Schiliro y Sergio Vila. La categoría arte light fue elaborada por Jorge López Anaya (historiador y crítico de arte argentino) para referirse a las producciones de los artistas de El Rojas (véase “El absurdo y la ficción en una notable muestra”, La Nación, Buenos Aires, 1º de agosto de 1992). Este término, al igual que brigth, categoría propuesta por Gumier Maier en este texto como contrapartida, generaron intensas discusiones dentro del medio artístico de la capital.