En el mes en el que se emitió esta convocatoria, El Machete todavía no había sido subsumido por el Partido Comunista de México (PCM) y era administrado por sus artistas militantes, quienes mostraban particular interés en la educación artística de las “clases explotadas”. Con iniciativas como este concurso, los artistas pretendían popularizar su visión del dibujo como un instrumento de lucha contra la “burguesía”. Las ilustraciones de El Machete eran presentadas como modelos a seguir, aunque, fuera de toda idealización, los obreros y campesinos difícilmente podían imitar su lenguaje plástico o asimilar sus cargas simbólicas profundas.
No existe información adicional sobre los resultados de la convocatoria, aunque cabe sospechar que no tuvo demasiado eco, pese al pronóstico de sus promotores. Estaba previsto publicar el nombre del ganador en la primera semana de abril; no obstante, durante ese mes el periódico no salió debido a los preparativos para su conversión en el Órgano Oficial del PCM, bajo cuyo sello reapareció el 1º de mayo de 1925. Con el cambio de administración se abandonaron algunas iniciativas impulsadas por los artistas (tales como la del concurso mismo) y se disminuyeron drásticamente la cantidad y calidad de sus colaboraciones.