Aunque el artículo no está firmado, el estilo inflamado y agresivo es muy semejante al empleado por David Alfaro Siqueiros (1896-1974) en otras colaboraciones para El Machete, en las cuales el énfasis está puesto en la descalificación del adversario, más que en informar u ofrecer al lector un análisis del acontecimiento o situación abordados. El encono hacia el director de la Escuela Nacional Preparatoria, Ángel Vallarino, podría estar asociado a su actitud ante los actos de vandalismo sufridos por los murales de Siqueiros y José Clemente Orozco (1883-1949) a mediados de 1924, de los cuales no se derivó sanción alguna para los responsables. Por otra parte, era reciente, también, la expulsión de Siqueiros como maestro de Dibujo y Trabajos Manuales ordenada, según el pintor, por el Secretario de Educación Pública (SEP), José Manuel Puig Casauranc (1888-1939). Aunque al momento de la suspensión de los editores de Avalancha el ministro de la SEP era Bernardo J. Gastelum, los comunistas interpretaban tales hechos, en su conjunto, como pruebas de que la llamada “reacción” pretendía arrebatar a los “revolucionarios” el control de la educación pública. Buscaría eliminar, así, a todos aquellos que interfirieran con su propósito. Este acontecimiento, aparentemente marginal, se enmarca en el contexto del combate por las ideas que protagonizaban los comunistas a través de sus órganos informativos y de otros espacios de difusión cultural y formación política. Así, la amenaza de desaparecer Avalancha, que era un semanario dirigido por el estudiante afín al Partido Comunista, Carlos Zapata Vela, no podía pasar desapercibida.