Este documento es de importancia para analizar la renovación de la pintura en la ciudad de La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires, en los años sesenta. Esta ciudad fue uno de los focos de la nueva geometría (Alejandro Puente -1933; César Paternosto -1931) y del conceptualismo (Edgardo Antonio Vigo).
Esta exposición permite comprender el derrotero individual de los integrantes del movimiento “matérico” en La Plata, representado por el Grupo Sí (1960), trayectoria analizada por un integrante del informalismo, como Jorge López Anaya (1936). Resalta el análisis de la utilización del color en su máxima saturación y en forma sistemática, caracterizando con él el arte producido entonces en aquella capital provincial. Un aspecto que permite examinar las raíces de su uso tanto por Paternosto como por Puente, quienes habían expuesto en 1964 en la galería Lirolay presentando la “Geometría sensible”. En 1967, ambos artistas se radicaron en New York, regresando Puente a la Argentina en 1971.
En este documento, la geometría empleada por ambos artistas se relaciona con la vida moderna y con una mirada optimista a la situación contemporánea. Una posición distante tanto de la referencia precolombina, adquirida en los años setenta, como de la mirada “destructiva” del grupo informalista integrado por Jorge López Anaya, a la cabeza del cual estaba Kenneth Kemble (1923-98).