En 1960 y a pocos meses de haberse creado el Centro de Arte del Instituto Torcuato Di Tella (ITDT) —dirigido por un Consejo formado por Lionello Venturi, Ricardo Camino, Guido Di Tella y Jorge Romero Brest— se instituyó el Premio Instituto Torcuato Di Tella. Este centro tenía el propósito de cooperar en la difusión y la promoción de las artes visuales, además de mantener contactos con otros centros vinculados a la producción tanto nacional como extranjera. En este marco, el Premio ITDT se creó con la intención de dar una oportunidad a los jóvenes artistas argentinos para enriquecer su experiencia en el extranjero; sin embargo, su realización no sólo permitió el otorgamiento del premio-beca sino que fomentó la circulación del arte internacional en el medio local, convirtiéndose en un referente importante para la renovación plástica del momento. Hasta 1967, este premio se otorgó a los artistas nacionales y/o internacionales, con algunas variantes según el año en cuestión. A partir de esa fecha, cambió de nombre y se transformó en Experiencias Visuales, llamándose sólo Experiencias en 1968 y 1969.
Para este premio, el Jurado resolvió invitar a los artistas Hilda López y Américo Spósito del Uruguay; a José Balmes y Pierre Eppelin de Chile. Los participantes de la Argentina fueron: Juan Carlos Badaracco, Aníbal Carreño, Víctor Chab, Sarah Grilo, Mario Heredia, Rómulo Macció, Luis Felipe Noé, Kazuya Sakai, Antonio Seguí, Clorindo Testa y Jorge de la Vega.
En el Jurado actuó Giulio Carlo Argan, en reemplazo del recientemente fallecido crítico italiano Lionello Venturi. Al mismo tiempo se organizó la exposición que alternaba la obra de Antoni Tàpies, una de las grandes figuras del informalismo internacional, junto a la producción del artista argentino José Antonio Fernández Muro.