Aldo Paparella (Minturno, Italia, 1920 - Buenos Aires, Argentina, 1977), combatiente de la campaña de África en la Segunda Guerra Mundial, fue prisionero en Francia. Paparella llegó a la Argentina en 1950, convirtiéndose en renovador de la escultura no figurativa e informalista. A fines de los años cincuenta, con la serie Sugerencias, ensambla materiales de desecho. La utilización agresiva de la chapa convierte la materia en algo informal y Paparella comienza a pensar a partir del objeto, más que desde una concepción tradicional del lenguaje escultórico. Esto lo desarrolla en los Muebles inútiles. A comienzos de los años setenta, realiza, con materiales pobres, los Monumentos inútiles, su obra más significativa.
Documento de importancia para comprender el juicio sobre la obra de Paparella por un crítico importante como Aldo Pellegrini (1903-73), relacionado con el movimiento surrealista. Se trata de una muestra medular en la trayectoria de Paparella por la definición de su obra como “muebles inútiles” y “artefactos”, aspecto que define la ampliación del lenguaje escultórico llevada a cabo por el artista. Paparella, siendo un artista de posguerra, sostuvo una relación humanista con el hacer artístico al cual consideraba producto del libre albedrío. Sin embargo, esta posición no era expresión de un individualismo extremo —en momentos de colectivización de lo artístico en la Argentina— sino una defensa tanto contra el dominio de la sociedad de consumo como contra la reducción del artista a mero vendedor de mercancías. Aquí, tal vez, radica la afirmación de “inutilidad” de su obra y su búsqueda de hermetismo.
Pellegrini, en su texto, elabora una idea ilustrativa sobre la dualidad de la obra de Paparella: síntesis entre lo racional-matemático y lo irracional-vital. En palabras del artista, sin embargo, es más un contrapunto entre la libertad y la mercancía, entre la materia y lo ideal, entre la tradición clásica y lo matérico. Pellegrini, en estos mismos años, también se manifiesta en contra de la sociedad de consumo y la degradación producida en el individuo. Por otra parte, series como Artefactos y Muebles inútiles podían ser asociadas a la tradición del ensamblaje surrealista.