José Clemente Orozco (1883-1949) ya había utilizado el duco como experimento. De ese modo, era mentira lo dicho por Siqueiros sobre el obtener mejores resultados que el óleo; en su opinión, este último poseía mucho mayor riqueza de expresión que cualquier otro material. A su vez, David Alfaro Siqueiros (1896-1974) veía la base del valor universal del arte en la creación de una pintura experimental; sus investigaciones con nuevos materiales lo conducen así a transformar de manera innegable su pintura. Una de las características que ya desde los años treinta aparecía en algunas de sus obras era la abstracción; particularmente, en pinturas paradigmáticas tales como Suicidio colectivo. Hacia los años cuarenta, ese género se hace más evidente en cuadros como, Intertrópico (1946), Formas turgentes (1946), abstracción (1948), entre otros.
Las innovaciones técnicas, como el duco (piroxilina), el cemento coloreado, las fotografías documentales o los proyectores eléctricos fueron aprovechados por Siqueiros no sólo como elementos meramente pictóricos sino también como visión humanista y revolucionaria. En cuanto al arte abstracto, y pese a su rechazo, Siqueiros desarrolló una pintura experimental —en cierta medida abstracta— en donde encontró formas imaginativas que surgían del accidente pictórico.