Carlos Mérida informa que, dada la importancia mundial alcanzada por la pintura mexicana y el interés generado por su desarrollo, el Departamento del Distrito Federal había fundado una galería de arte para exhibir libremente las obras, tanto de artistas ya consagrados como la de aquellos que empezaban a destacar. El pintor expone los objetivos del programa de acción del recinto del DDF: (1) organización de exhibiciones mensuales; (2) la manera que se seleccionará la obra; (3) las conferencias que se pretenden dictar; (4) la instauración de dos salones anuales donde se incluyan trabajos de pintura, escultura, grabado, talla en madera, fotografía, proyectos arquitectónicos, industria del libro, joyería, cerámica y diseño del mueble de artistas mexicanos y extranjeros. Indica que sus directores son el pintor Carlos Orozco Romero y el propio Mérida. Hasta esa fecha, la galería había organizado cuatro exposiciones. Comenta, brevemente, que tanto la muestra de María Izquierdo como la de los dos jóvenes pintores, Francisco Dosamantes y Benigno Cid, muestran la vocación de la galería de dar a conocer nuevos valores de la plástica. Se cita el texto que Diego Rivera redactó para el catálogo de la pintora. Sobre la de Rufino Tamayo, Mérida remite al escrito que los directores de la galería elaboraron para ella y sobre la de la Escuela Libre de Tlalpan dirigida por Francisco Díaz de León. A su juicio, los trabajos presentados revelan una labor que está más allá de la simple pintura infantil. Finalmente, anuncia las próximas actividades de la galería.