La noción de “borrando Europa” que postula Ana María Risco gira en torno a la anécdota de que Pablo Burchard (1875–1964) —sin viajar a Europa— intuitivamente se puede considerar en el sistema de arte chileno como un pintor postimpresionista, formándose inicialmente en la Academia de Bellas Artes, con Pedro Lira y luego con Álvarez Sotomayor. Es precisamente en dicha linealidad que Burchard representa una discontinuidad en términos de la representación. A través de la lectura que Enrique Lihn (1929–88) hace sobre su mentor, e interpretada por Risco, se puede establecer que el artista representa un momento de aceleración. A la postre, como se ha indicado, será resignificado por José Balmes, transformándose en la bisagra de las dos bifurcaciones de las historias sobre manchas plásticas en las versiones pictóricas tanto de José Balmes como de Adolfo Couve.
[Respecto a otros textos sobre la obra de Lihn, véanse en el archivo digital ICAA los siguientes: de Ana María Risco “Enrique Lihn, en el trazo de Juan Emar” (doc. no. 753808) y “Crítica situada: la escritura de Enrique Lihn sobre artes visuales” (doc. no. 753791); de Pedro Lastra “Conversaciones con Enrique Lihn” (doc. no. 754001); de Daniel Fuenzalida “Enrique Lihn: Entrevistas” (doc. no. 754484); y de Carmen Foxley “Enrique Lihn: Escritura excéntrica y modernidad” (doc. no. 778836)].