Esta publicación corresponde a una de las propuestas editoriales de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile (Magíster en Artes Visuales). Trátase de unos de los capítulos de la primera edición del libro Arte, Visualidad e Historia y centra su análisis, esencialmente filosófico, en la producción cultural chilena (ya sea de obras o bien de discursos). En este capítulo, el reconocido filósofo chileno Pablo Oyarzún destaca la ausencia en tradición crítica en torno a los fenómenos culturales y artísticos que han acaecido en Chile. Señala que, a partir del Golpe de Estado de 1973 surgieron un sinnúmero de espacios alternativos que aportaron a dicha construcción. Hubo instancias autónomas de privados como revistas (CAL, La Bicicleta, Ojo de Buey, entre otras) y galerías (Galerías Cromo, Sur, Época, Carmen Waugh, entre otras), amén de otras instancias particulares por medio de concursos (Salón de gráfica, Colocadora Nacional de Valores) o de festivales y bienales (Festival Franco Chileno de Video Arte, Bienal de Grabado, entre otras), lo cual incluye institutos binacionales (Instituto Francés, Norteamericano y Alemán operando en Santiago). Es uno de los textos fundantes en torno a la visión moderna que se presenta en el país y Oyarzún define esta característica como vertebral para la producción en Chile. Implica una “modernidad” concebida como diversas acciones que cuestionan formas, métodos y estrategias de representación.
El discurso de Oyarzún difiere frontalmente con propuestas teóricas como las de Nelly Richard, quien se centra en problemas sociopolíticos y culturales ligados más a las ciencias sociales y las humanidades. En el caso de Oyarzún, opera la aridez disciplinaria de la filosofía.