Una de las grandes polémicas en los años treinta, entre David Alfaro Siqueiros (1896-1974) y Diego Rivera (1886-1957), fue el uso del arte popular como parte de la pintura revolucionaria. Siqueiros negaba que su aprovechamiento fuera benéfico para los postulados revolucionarios y a esa producción la llamaba “Mexican curious”. Sin embargo, a muchos pintores, entre ellos Diego Rivera y Frida Kahlo (1907-1954), el regreso al arte popular decimonónico desde la modernidad fue de gran valor en la creación de sus obras y, en la primera etapa de la escuela mexicana, jugó un papel de vital importancia. El uso del arte popular como sinónimo de “lo mexicano”, ha producido un gran desgaste en los pintores de menor talla, mayor que aquella primera generación que descubrió y valoró el arte popular. La portada del núm. 7 de Mexican Folkways es un dibujo de Diego Rivera donde un campesino carga una hoz y un obrero el martillo, en medio de ellos hay una serpiente con una espiga de trigo. La ilustración se repite en varios números. El artículo reproduce fotografías de las pulquerías hoy desaparecidas.
Reproducido en Raquel Tibol, Diego Rivera, Arte y Política, (México DF: Grijalbo, 1979), Xavier Moyssén, Diego Rivera, Textos de Arte, (México DF: Universidad Nacional Autónoma de México, 1986).