Martín Fierro (1924-1927) ocupó un lugar destacado entre la gran proliferación de revistas de vanguardia que en Argentina, y más específicamente en Buenos Aires, se publicaron durante los años veinte. Fue dirigida por Evar Méndez, aunque durante el año 1925 Oliverio Girondo, Eduardo J. Bullrich, Sergio Piñero y Alberto Prebisch también participaron de la dirección. Contó con la participación de grandes escritores argentinos, como el mismo Girondo, Ricardo Molinari, Leopoldo Marechal y Jorge Luis Borges, entre otros; además de la participación de los artistas Emilio Pettoruti, Xul Solar y Norah Borges. Martín Fierro dejó de existir cuando, ante la candidatura de Hipólito Yrigoyen a la presidencia de la nación, el grupo integrante se divide entre aquellos que proponían introducir la política dentro de las páginas de la revista y aquellos que no. Esta discusión interna llevó al cierre de la publicación. Es importante destacar que Martín Fierro fue percibida por sus mismos contemporáneos como representante de la “vanguardia” en la Argentina.
Oliverio Girondo (1890-1967), poeta argentino, ligado a la renovación literaria de la década de veinte en Argentina, escribió numerosas obras poéticas entre las que se pueden destacar Veinte poemas para ser leídos en el tranvía (1922), Calcomanías (1925) y Espantapájaros (1932). En 1924, Girondo partió rumbo a Europa por la ruta del pacífico. La misión de confraternidad estaba destinada a estrechar los lazos con los jóvenes escritores, intelectuales y artistas de América Latina.
Esta “misión” señala la importancia que Martín Fierro asignó a América Latina en el marco de su proyecto de renovación estética. A partir de este viaje de Girondo, Martín Fierro recibió colaboraciones, principalmente, de Chile, Perú y México, y, en ese contexto, al año siguiente, llegaron a la Argentina los mexicanos Julio Castellanos y Manuel Rodríguez Lozano, acompañando una exposición de arte infantil mexicano.