Pedro Figari (1868-1938), pintor uruguayo, se destacó asimismo como abogado e intelectual. En 1921 se radicó en Buenos Aires relacionándose con importantes figuras del campo cultural. Publicó variados artículos en revistas representativas de la vanguardia bonaerense tales como Martín Fierro, Proa y Valoraciones (La Plata) y en periódicos como La Prensa y La Nación. En sus textos, así como en sus conferencias dictadas en al Asociación Amigos del Arte, puede observarse su preocupación por desarrollar una mirada hacia el interior de América Latina, por conocer el pasado, la realidad y las necesidades y urgencias de esos países; y tanto su interés por el mundo precolombino como su inquietud por los aspectos educativos. Estos aspectos no fueron ajenos a las preocupaciones de los grupos representativos de la vanguardia histórica de los años veinte. Por el contrario, si bien su proyecto modernizador implicó una mirada atenta hacia Europa, sobre todo hacia la cultura francesa, también se daba una confrontación constante con su propia realidad histórico-cultural. Dentro de este orden de problemas debe comprenderse la relevancia del pensamiento de Figari para los jóvenes “vanguardistas” de aquel entonces.
Proa fue una de las revistas vinculadas a la renovación estética y literaria. Su primera época, ligada al ultraísmo argentino, comienza en agosto de 1922 y finaliza en julio de 1923. En esta fase, se publicaron sólo tres números. Su segunda época, caracterizada por comportar un proyecto modernizador, se inicia en agosto de 1924, habiendo publicado quince números hasta 1926. Sus cuatro editores fueron Jorge Luis Borges, Brandán Caraffa, Ricardo Güiraldes y Pablo Rojas Paz.
Este artículo es relevante en la medida en que da cuenta de la preocupación de Figari por el sistema educativo en América Latina en relación con el desarrollo de sus países.