Evar Méndez sostiene que la “imposición de un meridiano intelectual extranjero a los argentinos, dueños ya de una joven cultura y un arte naciente que sólo requiere tiempo para crecer y afirmarse hasta ser inconfundibles […] es una cosa ridícula y grotesca”. En este sentido señala que el mismo periódico, Martín Fierro, ya ha mostrado en sus sucesivos números todos los argumentos que descartan la hipótesis o deseo del escritor español Guillermo de Torre. Por último, Méndez destaca que, incluso, el “joven pensamiento argentino”, “sin esperarlo”, a repercutido en toda América, en Italia, Francia y hasta en la “gente sensata” de España. Por otra parte, espera que “todo esto tenga el valor de una enseñanza útil para los españoles, entre quienes se impone una revisión urgente de sus ideas con respecto a América y encarar un distinto sistema de relaciones”.

Martín Fierro (1924-1927) ocupó un lugar destacado entre la gran proliferación de revistas de vanguardia que en Argentina, y más específicamente en Buenos Aires, se publicaron durante los años veinte. Fue dirigida por Evar Méndez, aunque durante el año 1925 Oliverio Girondo, Eduardo J. Bullrich, Sergio Piñero y Alberto Prebisch también participaron de la dirección. Contó con la participación de grandes escritores argentinos, como el mismo Girondo, Ricardo Molinari, Leopoldo Marechal y Jorge Luis Borges, entre otros; además de la participación de los artistas Emilio Pettoruti, Xul Solar y Norah Borges. Martín Fierro dejó de existir cuando, ante la candidatura de Hipólito Yrigoyen a la presidencia de la nación (1928-30), el grupo integrante se divide entre aquellos que proponían introducir la política dentro de las páginas de la revista y aquellos que no. Esta discusión interna llevó al cierre de la publicación. Es importante destacar que Martín Fierro fue percibido por sus mismos contemporáneos como representante de la “vanguardia” en la Argentina. Este artículo de Evar Méndez (1888-1955) constituye una contestación al texto publicado en el diario La Gaceta Literaria de Madrid, el 15 de abril de 1927, escrito por Guillermo de Torre e intitulado “Madrid, meridiano intelectual de Hispanoamérica”. En este texto se afirma la natural filiación de las naciones americanas con España. Por ende, la conclusión a la que llega su autor es que América debe mirar a esta nación europea como referente intelectual y no a otras, como por ejemplo Francia o Italia. Además de Evar Méndez, otros autores presentaron en el número 42 de Martín Fierro, del 10 de junio de 1927, sus respuestas al texto de Guillermo de Torre. Bajo el título general desplegado en doble página por el periódico, “Un llamado a la realidad ¿Madrid, meridiano intelectual de Hispano - América?”, se halla el texto de Nicolás Olivari “Madrid, meridiano intelectual de Hispano - América”; el de Ricardo E. Molinari “Una carta”; el de Ildefonso Pereda Valdés “Madrid, meridiano, etc.”; el de Jorge Luis Borges “Sobre el meridiano de una gaceta”; Pablo Rojas Paz “Imperialismo baldío”; el de Santiago Ganduglia “Buenos Aires, Metrópoli”; el de Raúl Scalabrini Ortiz “La Implantación de un meridiano – Anotaciones de sextante”; el de Ortelli y Gasset (seudónimo de Jorge Luis Borges y Carlos Mastronardi) “A un meridiano encontrao en una fiambrera” y el de Lisardo Zia “Para ‘Martín Fierro’”. Evar Méndez, director de Martín Fierro, también presentó su repuesta bajo el título “Asunto fundamental” (véase) en el número 44-45 del periódico (Agosto 31- Noviembre 15 de 1927). Todos esto escritos dan cuenta de la amplia polémica que generó el texto de Guillermo de Torre en Martín Fierro; aunque también se hicieron eco de ella otras publicaciones de Perú, Puerto Rico, Uruguay, Brasil, etc.