Leonardo Estarico elabora un cuadro sinóptico de tono humorístico sobre el arte argentino y sus diversas tendencias, tal como aparecen cristalizadas a comienzos de la década de treinta, con el objetivo de defender el arte nuevo. El cuadro está organizado en dos grandes conjuntos donde se tilda a un total de cincuenta artistas mencionados: “Paleontología” (precursores, orientador, negativos, vegetativos, troglodita, pintureros, purificadores) y “Era de la invención” (inventor, corolarios, decoradores, ilustradores, aislados, infra-realista).

La modernización de las artes en la Argentina tuvo, en la década de veinte, una de sus etapas principales. Posteriormente a los artistas vinculados a la revista Martín Fierro —Emilio Pettoruti (1892-1971), Xul Solar (1887-1963) y Norah Borges (1901-98)— surgen, hacia el final de la década, la acción de Alfredo Guttero (1882-1932), la de los Artistas del Pueblo con el grabado político social y la actividad local de los artistas formados en París: Aquiles Badi (1894-1976), Horacio Butler (1897-1983), Héctor Basaldúa (1895-1976), Raquel Forner (1902-88), Alfredo Bigati (1898-1964), Antonio Berni (1905-81) y Lino Enea Spilimbergo (1896-1964).

A comienzos de los años treinta se produce un enfrentamiento entre dos polos. Por un lado, los artistas que defendían el arte político, impulsados por la llegada, en 1933, del pintor mexicano David Alfaro Siqueiros (1896-1974) cuyas figuras claves fueron Berni y Spilimbergo. Por el otro, aquellos que postulaban un arte puro de renovación formal, entre ellos Emilio Pettoruti, Butler y la mayoría de los artistas formados en la llamada Escuela de París. Sin embargo, ambos cenáculos compartían la conciencia de ser artistas modernos frente al naturalismo de la academia.

Argentina es una publicación dirigida por Cayetano Córdova Iturburu (1902-77) en defensa de la autonomía del arte, publicada en los años 1930-31. Leonardo Estarico, es un crítico de arte próximo a Emilio Pettoruti (1892-1971), colaborador de Crítica, impulsor de la feria Boliche de Arte, un espacio alternativo de exposiciones a fines de la década del veinte, además de director de la Agrupación de Artistas Signo entre los años 1933-34. 

Este documento, que presenta de manera sinóptica e irónica el cuadro de la pintura argentina del momento, sirve para entender cómo los críticos que apoyan al movimiento moderno sostenían la línea de ruptura de la vanguardia de los años veinte. Estarico define a los artistas modernos como el alba, la emancipación y el espíritu nuevo, colocando en oposición a los falsos impresionismos, curiosos y fracasados, del arte histórico y tradicional.