Desde sus inicios, el Centro de Arte y Comunicación (CAYC) liderado por el gestor, artista y empresario Jorge Glusberg se propuso como un espacio interdisciplinario que pudiera generar un movimiento de arte experimental. Para ello, la conformación de redes de colaboración entre artistas y críticos locales e internacionales fue fundamental.
En el contexto de una nueva escena cultural progresista —habilitada por el ascenso en 1970 de Salvador Allende a la presidencia del país—, Chile se presentaba como sede idónea para la circulación de proyectos con la Argentina a un lado y otro de la cordillera.
Desde comienzos de los años setenta, Glusberg mantenía asiduo contacto con el pintor, grabador y fundador del Taller 99, Nemesio Antúnez, el entonces director del MNBA (Museo Nacional de Bellas Artes) de Santiago de Chile, además de activo promotor del arte contemporáneo.
Varias muestras del CAYC fueron ofrecidas al MNBA chileno. Dicho ofrecimiento se enmarcaba en los objetivos del Centro: por un lado, la promoción global del arte de ese enclave geográfico y, por el otro, la presentación en Latinoamérica de lo que sucedía en otras escenas artísticas y políticas internacionales.
El golpe militar encabezado por el General Augusto Pinochet (a lo largo de 17 años) contra el gobierno popular y constitucionalmente elegido de Salvador Allende interrumpe dicha agenda de cooperación. A pocos días de acontecido el atentado contra el pueblo chileno, esta gacetilla convoca artistas, científicos, intelectuales y profesionales a un acto-homenaje. Había que reflexionar sobre consecuencias culturales, científicas y políticas desencadenadas por el acontecimiento. Esta iniciativa ejemplifica el interés del Centro de articular el pensamiento teórico y la praxis social con el presente. La incertidumbre generalizada se extiende también a las actividades conjuntas organizadas por el CAYC (GT-285; doc. no. 1476428, GT-288; doc. no. 1476430).