Desde sus inicios, el Centro de Arte y Comunicación (CAYC) liderado por el gestor, artista y empresario Jorge Glusberg se propuso como un espacio interdisciplinario que pudiera generar un movimiento de arte experimental. Para ello, la conformación de redes de colaboración entre artistas y críticos locales e internacionales fue fundamental. Junto a las exposiciones, un programa de actividades públicas diversas ampliaba la oportunidad para conocer las novedades del arte y el pensamiento científico. En la propuesta de Glusberg, la articulación entre el pensamiento teórico y la práctica artística era central para el cambio social.
La tecnología, la arquitectura, diseño y e industria, las ciencias exactas, sociales y humanas fueron fundamentales entre las áreas interdisciplinarias del CAYC desde el inicio. En 1969, a través de la primera exposición Arte y Cibernética, se definió su perfil experimental en sintonía con las iniciativas realizadas previamente en la escena internacional. Con esta muestra en la Galería Bonino de Buenos Aires, el centro buscaba ilustrar las posibilidades ofrecidas por las nuevas tecnologías para la actividad creadora.
El documento invita al encuentro Hacia un perfil cultural latinoamericano con la participación de Oscar A. Maggiolo (1920-80) y Alfredo Jadresic Vargas (1925-2021) seleccionados por Ciencia Nueva, revista sobre política científica y comunicación pública de la ciencia en Latinoamérica. Fue una iniciativa de Manuel Sadosky —dirigida entre otros por Ricardo Ferraro—, quienes habían participado de la exhibición inaugural del CAYC: Arte y Cibernética. La revista fue editada entre 1970 y 1974, convirtiéndose en espacio de debate para el PLACTED (Pensamiento Latinoamericano en Ciencia, Tecnología y Desarrollo).
En el marco de Hacia un perfil del arte latinoamericano, expuesta entonces en la sede del CAYC, esta iniciativa interesó al Centro al vincular el pensamiento teórico de distintas áreas con la práctica artística, generando propuestas ancladas en problemas culturales.