Desde sus inicios, el Centro de Arte y Comunicación (CAYC) liderado por el gestor, artista y empresario Jorge Glusberg se propuso como un espacio interdisciplinario que pudiera generar un movimiento de arte experimental. Para ello, la conformación de redes de colaboración entre artistas y críticos locales e internacionales fue fundamental. Junto a las exposiciones, un programa de actividades públicas diversas ampliaba la oportunidad para conocer las novedades del arte y el pensamiento científico. En la propuesta de Glusberg, la articulación entre el pensamiento teórico y la práctica artística era central para el cambio social.
Entre los años de 1970 y 1971, tanto Jasia Reichardt —directora adjunta del ICA (Institute of Contemporary Arts) de Londres como el artista Willoughby Sharp, además de Charles Spencer —director del Camden Arts Centre en la capital británica— y el crítico inglés Charles Harrison visitaron Buenos Aires. Daban inicio, así, a una serie de intercambios artísticos que se extendieron durante toda la década. Reichardt (n. 1933), la crítica de arte, curadora y galerista de origen polaco, participa de una mesa redonda y brinda dos conferencias en la sede del Centro (GT-16; doc. no. pendiente), parte de las actividades en torno a la exposición CAYC al aire libre. Escultura, follaje y ruidos (noviembre, 1970).
Siendo la curadora de Cybernetic Serendipity, la paradigmática exposición de arte realizado con computadoras expuesta, entonces, en el ICA londinense (1968), reunió trabajos creados por artistas, arquitectos, ingenieros y matemáticos con la colaboración de empresas e institutos de investigación. Esta fue una propuesta pionera en torno a la reflexión sobre nexos entre arte y tecnología; es, de hecho, una de las fuentes de inspiración para la exposición Arte y Cibernética, organizada por el CAYC en la Galería Bonino de Buenos Aires (agosto de 1969).