Desde sus inicios, el Centro de Arte y Comunicación (CAYC) liderado por el gestor, artista y empresario Jorge Glusberg se propuso como un espacio interdisciplinario que pudiera generar un movimiento de arte experimental. Para ello, la conformación de redes de colaboración entre artistas y críticos locales e internacionales fue fundamental. Las exposiciones hicieron visibles esos intercambios, en los que la presentación de panoramas de tendencias o artistas individuales era una oportunidad para conocer las novedades del arte contemporáneo internacional ;o bien de dar a conocer artistas argentinos y latinoamericanos en la escena mundial.
El interés por articular un espacio que vinculara de manera efectiva el pensamiento teórico y la práctica de distintas poéticas se vio reflejado en la creación en el CAYC de la EAE (Escuela de Altos Estudios), la cual inició sus actividades hacia enero de 1973 (GT-225). Con la creación de la EAE se formalizó un espacio de circulación de ideas en que participaron académicos e intelectuales.
La arquitectura y el diseño fueron dos componentes fundamentales de la propuesta interdisciplinaria del CAYC. Desde sus comienzos. el Centro estuvo ligado a la Fundación de Investigación Interdisciplinaria —espacio que dio cabida a un grupo de profesores disidentes de la Facultad de Arquitectura y Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires— tras la ocupación forzada de universidades nacionales. Disrupción social y de la enseñanza que tuvo lugar con el Golpe de Estado de 1966 del general Juan Carlos Onganía. Tales orígenes dejaron huella imborrable en distintos aspectos del Centro; entre ellos, el carácter proyectual de muchas de las iniciativas; el uso de las copias heliográficas en sus muestras; la colaboración con el sector industrial en exposición y concursos; así como la presencia de varios artistas-arquitectos en la formación del Grupo de los Trece: Clorindo Testa, Jacques Bedel y Luis Fernando Benedit.
Iniciativas como los grupos de estudio organizados desde la EAE-CAYC o bien iniciativas como Contemporánea 76 (GT-511, 512, 635, 636, 658, 659, 663) eran instancias de exhibición e intercambio, que contribuyeron al desarrollo de disciplinas consideradas como “postergadas” en la Argentina de la década de setenta.
Frecuentemente, este tipo de exposiciones y certámenes contaba con el apoyo de empresas vinculadas a la producción y comercialización de productos industriales; entre ellas, la de materiales plásticos Norenplast S.A., en la exposición Escultura, follaje y ruidos de 1970 (GT 08, 17); o el concurso organizado por la firma de electrodomésticos Aurora (GT 41, 42, 47) de 1971. El propio Glusberg estaba vinculado al sector a través de su firma Modulor S.A. dedicada a los artefactos de iluminación.