Desde sus inicios, el Centro de Arte y Comunicación (CAYC) liderado por el gestor, artista y empresario Jorge Glusberg se propuso como un espacio interdisciplinario que pudiera generar un movimiento de arte experimental. Para ello, la conformación de redes de colaboración entre artistas y críticos locales e internacionales fue fundamental. Las exposiciones hicieron visibles esos intercambios, en los que la presentación de panoramas de tendencias o artistas individuales era una oportunidad para conocer las novedades del arte contemporáneo internacional; o bien de dar a conocer artistas argentinos y latinoamericanos en la escena mundial.
Durante la década del setenta, Glusberg trazó una red de colaboración con instituciones tanto sudamericanas como internacionales referentes de las prácticas experimentales entonces en pleno apogeo. Entidades con las cuales compartió programas similares procurando incentivar la producción y exhibición de propuestas conceptuales, en un contexto sociopolítico latinoamericano marcado por la violencia dictatorial y los golpes de Estado.
Pintor, grabador y referente del humorismo gráfico, Cesc (1922-2006) —pseudónimo del artista catalán Francesc Vila y Rufa— , fue un autor comprometido que imprimía un fuerte contenido social a su trabajo artístico. Cronista de lo cotidiano bajo el estigma de la dictadura franquista en España, en sus dibujos sin palabras denunció los abusos del poder, la burocracia, el consumismo y las crisis económicas, recibiendo presiones políticas y censura en ese contexto que duró cuatro décadas (1939-75).
Impulsado por Edgardo Antonio Vigo —quien desde 1971 en la revista Hexágono 71 desarrolló un recuento crítico sobre la historieta [GT-352 (doc. no. 1476498)— el CAYC organiza una exposición de Cesc en Buenos Aires. Esta exposición da cuenta del temprano interés de Glusberg en la historieta como lenguaje en el arte latinoamericano. Años después, el director del Centro afirmará que este recurso lingüístico es: “anticipatorio de una convergencia que no es mera colección de elementos ni suma mecánica de técnicas, sino producción de algo estéticamente nuevo […]. Al afirmar que todo cambio estilístico implica un cambio semántico, queremos subrayar el carácter específico de la alianza entre la historieta y el arte futuro de Latinoamérica” [Jorge Glusberg, Retórica del Arte Latinoamericano, 1978].