Desde sus inicios, el Centro de Arte y Comunicación (CAYC) liderado por el gestor, artista y empresario Jorge Glusberg se propuso como un espacio interdisciplinario que pudiera generar un movimiento de arte experimental. Para ello, la conformación de redes de colaboración entre artistas y críticos locales e internacionales fue fundamental. Las exposiciones hicieron visibles esos intercambios, en los que la presentación de panoramas de tendencias o artistas individuales era una oportunidad para conocer las novedades del arte contemporáneo internacional; o bien de dar a conocer artistas argentinos y latinoamericanos en la escena mundial.
El año 1972 es clave en el comienzo de la difusión internacional del arte de sistemas como tendencia que identifica al CAYC. A partir de mayo de ese año comienza una itinerancia de la exposición Arte de Sistemas, por Latinoamérica (Medellín, Lima, Buenos Aires) y por Europa (Pamplona, Bruselas) con la participación de distintos artistas en cada ocasión. Acompañando a las exposiciones, también las publicaciones de CAYC se distribuyeron sirviendo como fuente importante de información sobre el arte experimental.
En la edición Arte de Sistemas Internacional (Museo de Arte Moderno de Buenos Aires) se presentaron varios artistas de Hungría. Durante sus numerosos viajes por países del este europeo, Glusberg se vinculó con artistas y sobre todo críticos de arte de Hungría (László Beke, Janusz Bogucki) y Polonia (Jan Swidziński y Andrzej Partum). Tales redes tuvieron como resultado la organización de exhibiciones en torno a esos países en la sede del CAYC: el Festival de la vanguardia húngara es una de ellas. Los vínculos con países del llamado Bloque Socialista tuvieron gran influencia en la estrategia -internacional del CAYC al englobar la producción de los artistas del “Tercer Mundo” en un proyecto conjunto, llegando a ser caracterizada por Glusberg por su potencial revolucionario y su necesidad tangible de cambiar la sociedad.