Desde sus inicios, el Centro de Arte y Comunicación (CAYC) liderado por el gestor, artista y empresario Jorge Glusberg se propuso como un espacio interdisciplinario que pudiera generar un movimiento de arte experimental. Para ello, la conformación de redes de colaboración entre artistas y críticos locales e internacionales fue fundamental. Las exposiciones hicieron visibles esos intercambios, en los que la presentación de panoramas de tendencias o artistas individuales era una oportunidad para conocer las novedades del arte contemporáneo internacional; o bien de dar a conocer artistas argentinos y latinoamericanos en la escena mundial.
Mercedes Esteves (1939–2009) comienza a trabajar en los años sesenta, período caracterizado por la experimentación con materiales y prácticas artísticas que llevan a redefinir y ampliar el concepto de arte. En 1967, había participado del happening Todo es amor (Galería del Mar y Galería Lirolay); ese mismo año, entre otras actividades, formó parte de la Semana del Arte Avanzado en la Argentina exponiendo tanto en la Galería Ronald Lambert como en Estructuras Primarias II, en la Sociedad Hebraica Argentina y con curaduría de Glusberg. A partir de 1969 la artista se radica en Buenos Aires; allí, junto a Inés Gross y al cineasta Adolfo Bronowski quienes formaron el Grupo Frontera al que se sumó, poco tiempo después, Carlos Espartaco. Ese mismo año realizan El hombre come, experiencia audiovisual con la cual participan del evento Argentina Inter-medios (en el Teatro Ópera de Buenos Aires), ambientación integral de música electrónica, teatro y films experimentales organizado por el recientemente creado CAYC para enriquecer la percepción. Poco después, el grupo presentó Especta (1969), con la que causó gran impacto debido a la invitación a integrar la exposición internacional Information (1970), uno de los primeros panoramas del arte conceptual que tuvo la curaduría de Kynaston McShine, en el MoMA de Nueva York. Tras la disolución del Grupo Frontera, la artista de medios múltiples continuó participando en las actividades organizadas por el CAYC. Conjuntamente con Espartaco, presentaron en el encuentro CAYC al aire libre. Arte e ideología con la obra Puesta en lengua de la obra de arte (1972), láminas impresas en la cual analizaban —desde la historia, la poesía, la filosofía y la semiótica—, los fundamentos teóricos del arte contemporáneo.
Este interés teórico tuvo continuidad en la instalación Ojo de señuelo. 24 rasgos para una representación expuesta en septiembre de 1973. Mediante una estructura de 24 cajones que contenían 24 máscaras, la artista reflexiona (en el texto publicado en la gacetilla) sobre las relaciones sujeto/objeto interpretadas desde el significante máscara: “Enmascarar/desenmascarar, velar/desvelar, cóncavo/convexo: son adjetivaciones de la matriz significante (máscara) que está pensada como pantalla donde el sujeto de la representación está afuera y el objeto en el campo de lo visible es la mirada reestructuradora de toda otra posibilidad simbólica”.