Esta corta nota periodística anónima aporta tres informaciones básicas. En principio, que el 17 de noviembre de 1971 abrirá en Nueva York una primera individual de Carlos Cruz-Diez, en esa ciudad y en la Unión Americana. La segunda, que la exposición se realizará en los espacios de la Galería Denise René, galerista parisina que acababa de abrir una sucursal en la Gran Manzana donde presentará 36 obras de tres series: Cromointerferencias, Colores aditivos e Inducciones cromáticas. Por último, que se levanta gran expectación por esta exposición (supuestamente entre el público venezolano), ante el público norteamericano y porque los medios artísticos de ese país están muy bien informados sobre planteamientos de vanguardia en general y los hechos por el artista.
Más allá de la información real (la exposición de Cruz-Diez en la Galería Denise René, sucursal neoyorquina), el autor de la nota agrega otros datos producto de suposiciones: que el artista presenta allí una muestra amplia y excelente de su producción (imposible saberlo desde Caracas). Menos aún saber que los medios artísticos de Nueva York debían tener cierto conocimiento sobre la obra del artista venezolano, ya que, en los Estados Unidos, no se conocía ese tipo de obras que anteceden al Op (en una década) y basadas en varios fenómenos más que la simple “retinalidad”.
En paralelo a esta nota informativa hay que señalar la recepción negativa que tuvo (seis años antes) la exposición The Responsive Eye, organizada para el MoMA (Museo de Arte Moderno) por Williams C. Seitz, donde vino a la luz el rechazo de los medios artísticos neoyorquinos de entonces por todo tipo de obra basada en efectos e ilusiones ópticas. Esto es, aquello que ponían en juego los artistas cinéticos; de hecho, solo diez años después de su inauguración, Denise René se vio obligada a cerrar la sucursal norteamericana de su galería por la escasa recepción mostrada ante el arte que ella defendía.