El Círculo de Bellas Artes, fundado en Montevideo en 1905, se constituyó en un centro de difusión de la obra de artistas nacionales y de vínculo con artistas extranjeros, al tiempo que fundó la primera escuela de arte modernista, la cual estuvo, hasta 1914, dirigida por el pintor uruguayo Carlos María Herrera (1875–1914).
La primera exposición de carácter internacional organizada por esta institución fue la IV Exposición del Círculo F. de Bellas Artes que tuvo lugar entre enero y febrero de 1910. La V Exposición, de 1912, reunió a artistas uruguayos, argentinos y brasileños con una intervención de estos últimos mucho más significativa que la representación de Brasil en la muestra anterior. Tal es el caso de Rodolfo Amoedo (1857–1941), artista de Bahía que estudió en París (1879–87) y luego fue docente en la Academia Imperial de Río de Janeiro, al punto que buena parte de los pintores brasileños invitados a esta muestra fueron discípulos suyos. El caso de Roberto Rowley Mendes (1867–1942) es similar, al tratarse de un consagrado paisajista que había sido discípulo de Victor Meirelles en la institución mencionada.
La representación argentina, en cambio, es menos significativa que la de la muestra de 1910. Faltan los integrantes de Nexus que habían dado un especial carácter renovador a la pintura de Argentina mostrada en esa ocasión. Pueden destacarse, no obstante, dos presencias que tuvieron posterior incidencia en el arte uruguayo de las primeras décadas del siglo XX. Tal el caso de Francisco Bauzer (1887–1945) quien —habiendo nacido en Argentina— se formó en Uruguay con el maestro italiano Godofredo Sommavilla (1850–1944) y, a seguir, incluso en la Sociedad Estímulo de Bellas Artes de Buenos Aires. Su trabajo pictórico se desplegó en las dos ciudades rioplatenses durante más de dos décadas. Y debe señalarse, en particular, el caso del escultor Luis Falcini (1889–1973), ya que tuvo una destacadísima actuación docente tanto en el Círculo de Bellas Artes como en la Escuela Industrial de Montevideo; ciudad en la que residió entre 1919 y 1929. Falcini continuó más tarde su vínculo con el Círculo de Bellas Artes desde su cargo de director del Museo Municipal de Bellas Artes de Buenos Aires.
Entre los artistas uruguayos (nacidos todos entre 1882 y 1890) hay que destacar a jóvenes que exponían entonces —en su mayoría por primera vez—, los cuales desarrollaron su actuación profesional y docente desde 1920 en adelante. Tales son los casos de Humberto Causa (1890–1925), fundador junto con José Cúneo (1887–1977) de la llamada escuela planista de Montevideo; de Alberto Dura (1888–1971), paisajista ganador de los más destacados premios en los primeros Salones Nacionales de 1937 a 1939; de Andrés Etchebarne Bidart (1889–1931); de Guillermo Laborde (1886–1940), principal docente de pintura del Círculo de Bellas Artes entre 1922 y 1940; y tanto de Melchor Méndez Magariños (1885–1945) como de Manuel Rosé (1882–1961), este último, destacado colorista que tuvo peculiar incidencia en algunos artistas jóvenes que fueron discípulos suyos (en su taller de la localidad de Las Piedras) en la década de 1930.