La entrevista de 1966 que realiza Pablo Mañé Garzón (1921–2004) [consulte en el archivo digital ICAA “Jóvenes en la plástica. Una generación de colonos” (doc. no. 1250204)] a Germán Cabrera (1903–90) tiene como objetivo inicial analizar, bajo la óptica de dos artistas, la Bienal de Córdoba [vea “La Bienal sudamericana de Kaiser argentina” (doc. no. 1248593)]. La entrevista no recorre los rasgos que vinculan el polémico emprendimiento (que tuvo como patrocinadores la industria automotriz IKA en Argentina) con la mayoría de capitales norteamericanos asociados a intereses político-locales. Cabrera prefiere analizar lo que considera un acuerdo conjunto de la colectividad artística internacional en las bienales, igualando las de Venecia, São Paulo o Córdoba, Argentina. Partiendo de esta actitud, las califica como “una gran familia” formada por “experimentadores antiacadémicos” que en sus pautas reiteradas terminan configurando otra especie de academia. Para el autor, en estas instancias se instaló y continúa prevaleciendo la “audacia” por sí misma, dando lugar en ocasiones tanto a una inédita “frescura” como a una “retórica vacía”. Consultado sobre las influencias en las que abrevan estas nuevas tendencias (nt), menciona el informalismo, el post-pop, y las variantes del op-art, representado por el arte cinético. A propósito de estas últimas, destaca a Carlos Cruz-Diez (n. 1923) y Jesús Rafael Soto (1923–2005), ambos paradigmas del cinetismo venezolano y residentes en París (ciudad donde Cabrera también vivió).