Carlos Capelán realiza una serie de instalaciones donde incorpora textos en forma de proclamas, encabezadas bajo la sigla PCLA (r): Post Colonial Liberation Army (re materialización). Las propuestas del artista uruguayo apelan y emulan a las expresiones manifestarias de movimientos críticos y combativos de carácter sociopolítico. A través de sus análisis escritos, Capelán despliega ideas sobre el mundo contemporáneo aplicables a sus propuestas artísticas. En este caso, se refiere a las clases medias y a la extensión mundial de una tecnocracia globalizada.

El presente documento de Carlos Capelán (n. 1948) es parte de una amplia producción de formatos obras-proclamas en los cuales, a través del lenguaje escrito (con fuertes cuotas de absurdo, ironía y humor), el artista explaya su visión crítica sobre la realidad contemporánea. Dicha mirada se centra tanto en un gran sector social desposeído o entendido como al margen de la integración (migraciones o desplazamientos multiculturales en el mundo globalizado) como en la actitud de ignorancia y egoísmo que evidencian los sectores medios frente a tal situación. Desde el título, “Ética y los Otros”, Capelán plantea, en consonancia con la modernidad filosófica, cuestionamientos morales que desactivan el interés individual para promover el encuentro con “lo otro”. La necesidad de integrar identidad y alteridad queda implícita hasta sugerir, más que fusión con los demás, una aleación abarcadora que desarticule las actuales (e históricas) relaciones de poder y sumisión. En su crítica, el artista uruguayo observa al arte como agente de amplia visibilidad de esa plataforma mundial generalizada.

Siguiendo el patrón de todas sus proclamas —y operando bajo la sigla PCLA (r): Post Colonial Liberation Army (re materialización)— Capelán propone asumir y transformar viejos cánones interpersonales a través de la deconstrucción o rematerialización. Hay en su propuesta una tónica incuestionable de cierto recomienzo rehumanizador, el cual incluye todas las variantes de vida sobre el planeta. El documento se asienta en una severa crítica a todas aquellas sociedades autocomplacientes actuales, dando énfasis especial en la clase media que no hace más que mirarse a sí misma. Capelán califica sus remanentes conformistas con la acepción muy local de “mojigatería”, término que apela a una moral convencional que carece de principios. Fustiga a tales sociedades de clase media, reiterando, casi obsesivamente, que la única aspiración de ese sector radica en adquirir y llenarse de objetos. Finalmente, se describe a la clase media global alejada de todo pensamiento de empatía hacia los demás, autocentrada en el único afán de obtención y distracción.