Antonio Frasconi (1919–2013) comenzó su carrera pública como artista dibujando ilustraciones para el semanario Marcha, a inicios de la década de los cuarenta. En 1945, fue becario Guggenheim y viajó a los Estados Unidos donde se radicó en forma definitiva. No obstante, visitó periódicamente y expuso en la capital uruguaya, vinculado a su ambiente intelectual, en especial al CGM (Club de Grabado de Montevideo). En la carta abierta, enviada en 1969 al Dr. Julio María Sanguinetti —más tarde presidente de la República (1985–90) y (1995–2000), y entonces presidente de la Comisión Nacional de Artes Plásticas—, Frasconi expresa su solidaridad con la UAPC (Unión de Artistas Plásticos Contemporáneos) de Uruguay, al haber resuelto un boicot al XXIII Salón Nacional organizado por dicha comisión gubernamental, motivado por la muerte de estudiantes bajo la represión policial desatada por las Medidas Prontas de Seguridad. Estas eran una suerte de “estado de emergencia interno” decretado por el gobierno nacional. El hecho de que Frasconi ya hubiera enviado obra para ser expuesta en dicho salón por ignorar, a fondo y oportunamente, lo resuelto por el gremio, hace que la carta abierta opere como una forma de compensación ética. Con ello se evita que —lo que pretendió ser una presencia amigable en el principal certamen colectivo de arte del país— pudiera ser interpretado como una falta de lealtad hacia sus colegas, sobre todo tratándose de tiempos en que todo juicio personal estaba marcado por el grado de “compromiso político” con las izquierdas.