Blanca Luz Brum (1905–85), llegada a Montevideo en febrero de 1933 junto a David Alfaro Siqueiros (1896–1974), estuvo en esta ciudad hasta concretar la fundación de la CTIU (Confederación de Trabajadores Intelectuales del Uruguay) y la publicación del primer número de su órgano de prensa, Aportación. A seguir, marcha a Buenos Aires donde ya se encontraba Siqueiros desde el mes de mayo realizando exposiciones y conferencias previas a la ejecución de un mural (Ejercicio Plástico, ensayo de trabajo en equipo) en casa de Natalio Botana, propietario del diario Crítica de la capital argentina. Siqueiros muestra tensión no solo por el acoso político de la Embajada de México, sino también por sus conflictivas relaciones con la Sociedad Amigos del Arte (donde proyecta su exposición) y con las innumerables ofertas de reuniones que recibe de amigos en esa ciudad. Entre ellos se cuenta al escultor argentino Luis Falcini, militante comunista y uno de los principales anfitriones de Siqueiros en Buenos Aires, Alfredo Guido, pintor y miembro del Círculo de Fomento a las Bellas Artes, los escritores Raúl González Tuñón, Oliverio Girondo, Victoria Ocampo y Pablo Rojas Paz, además de la viuda del escritor Ricardo Güiraldes, entre muchos otros. En la carta se deja entrever su interés de vender obra y la manera como se cuida en sus declaraciones para no romper los vínculos con la burguesía bonaerense, en tanto sea posible compradora. Dice haber fundado ya el Sindicato de Pintores como primer paso hacia la Confederación de Intelectuales de la Argentina.
La CTIU fue fundada en mayo de 1933 a iniciativa de David Alfaro Siqueiros y su compañera de entonces, la uruguaya Blanca Luz Brum, en Montevideo. Ambos habían arribado a esta ciudad a fines de febrero de ese año. Poco después, en abril, Siqueiros se dirigió a Buenos Aires, asignando a Blanca Luz la tarea —junto a un grupo de uruguayos entre los que se contaban los pintores Guillermo Laborde (1886–1940), Julio Verdié (1900–98), Norberto Berdía (1900–83), los poetas Basso Maglio (1899–1961), Juvenal Ortiz Saralegui (1909–59) e Ildefonso Pereda Valdés (1899–1996)— de fundar la CTIU. Esto implicaba crear las condiciones propicias para editar su órgano de prensa, inicialmente llamado Aportación y, números más tarde, Movimiento.