El artículo describe la opción extrema de los artistas plásticos de ocupar el espacio expositivo Subte Municipal de Montevideo, ocupación que se prolongó desde agosto hasta diciembre de 1963. El texto utiliza el título “Abstractos concretan” —marcadamente irónico— apelando a lo que, en la opinión pública, se entendía como “la rareza” de la vanguardia; en otras palabras, los subversivos artistas abstractos, que también solían denominarse “concretos”. De esta manera, el artículo hace referencia a dicha protesta ante las autoridades del gobierno de la capital uruguaya por el nombramiento de jurados considerados incompetentes, no sin dejar de describir, además, ciertos antecedentes históricos del conflicto.

El artículo tiende a identificar ciertas opciones formales en “lo estético” con ciertas posturas ideológicas en “lo político”; diferenciación que los artistas se preocuparán de cuestionar como un dilema ya fuera de época durante todo el conflicto. La prensa adjudicó a esa vanguardia de “los abstractos” la impugnación del jurado para el XV Salón Municipal de Artes Plásticas nombrado por el Concejo Municipal de Montevideo (integrado por José Belloni, Esteban Garino, el Arq. Octavio de los Campos y el Arq. Alberto Muñoz del Campo). El texto aclara que los artistas están contra la forma de nombramientos de carácter meramente “político”, ya que el Concejo tiene, no solo a nivel municipal, manifiestas afinidades con tendencias artísticas que los ocupantes consideran “anacrónicas” o “muy conservadoras”. Mientras tanto, la mayor parte de los artistas, a inicios de la década de los sesenta, reclamaba cada vez más una autonomía estética desprendida del aparato burocrático estatal. Este movimiento dio origen a un primer ensayo general de “gremialismo cultural” donde convergieron actores del teatro, de la danza y de la música para sumarse al gesto inicial de los artistas plásticos.