Sebastián Viviani (1883–1968), quien en 1920 se desempeñaba como bibliotecario de la Escuela Industrial, era dibujante y llegó a ejercer como secretario del Círculo de Bellas Artes en 1925. En este artículo, Viviani reseña los principales aspectos de una conferencia del escultor Antonio Pena ante alumnado femenino sobre el tema de “artes decorativas”. Un año después de brindar esa conferencia, Pena se trasladó a Viena (en viaje de estudios) para asistir al taller del escultor Anton Hanak. En 1920, había ya cumplido la etapa de cursos en el Círculo de Bellas Artes siendo alumno del pintor catalán Vicente Puig; además, entre 1916 y 1918 había tenido un trato personal con Pedro Figari. En tales circunstancias, Pena estaba imbuido del espíritu “positivista (naturalista)” que predominaba tanto en la enseñanza del Círculo como en la de la Escuela Industrial. En el primero, ese espíritu pedagógico lo introdujo el pintor Carlos María Herrera; y, en la Escuela de Industrias, estuvo a cargo de Figari. Después de que este último es obligado a abandonar la dirección de la Escuela en 1917, el concepto de “ornamentación” (entendido como parte estructural del diseño de objetos) pasa a constituir la materia didáctica propia de “labores femeninas”, es decir, pasa a ser una enseñanza restringida, con carácter de “pasatiempo”, sin la importancia que Figari le dio como insumo para la producción de muebles, utilería y objetos de uso doméstico con identidad propia y carácter “regional”. De hecho, hacia 1920 hubo importantes artistas en el cuerpo docente de la Escuela Industrial como Carmelo de Arzadun, Domingo Bazurro y Antonio Pena que se desempeñaban como profesores de dibujo en la Escuela Femenina; mientras que Guillermo Rodríguez y Vicente Puig actuaban como docentes de dibujo y “pintura decorativa” en la Escuela Industrial Nº1. Según Viviani, la conferencia de Pena procuró enfatizar tanto la tendencia a romper con la distinción entre “artes superiores” y “artes inferiores” (algo ya propugnado por Figari en 1901 y hasta cierto punto encarnado en el programa del Círculo de Bellas Artes desde 1905), como definir “estilo”, un rasgo de identidad en el diseño (ajeno a la práctica de la “estilización” como proceso de abstracción geométrica a partir de un modelo real). Además, procuró, también, definir categorías dentro de la noción del “gusto”, estableciendo como pauta principal del “buen gusto” el rechazo a toda fantasía exótica e irracional, ajena a la lógica funcional de los objetos.