El pintor Carmelo de Arzadun (1888–1968) realiza una larga enumeración de eventos artísticos que él califica como crónica acerca de las exposiciones en Uruguay en el período 1936–1939. Un momento coincidente con los tres primeros años, de intensa actividad, en el Río de la Plata, de las AIAPE (Agrupación de Intelectuales, Artistas, Periodistas y Escritores). El período se caracterizó por la politización de los intelectuales, en el caso uruguayo provocado por la dictadura interna y por el impacto de la guerra civil en España, así como el inminente estallido de la Segunda Guerra Mundial. Se reforzaron vínculos con artistas de la región (especialmente con argentinos), vía permanentes conferencias, cursos y exposiciones. Especial destaque de Arzadun son algunas muestras individuales como la realizada por el escultor Bernabé Michelena (1888–1963), “la más importante exposición de escultura realizada en Montevideo”; las de los plásticos argentinos Horacio Butler (1897–1983), Demetrio Urruchúa (1902–78), Emilio Pettorutti (1892–1971), Antonio Berni (1905–81). Este último había sido el fundador de la CTI (Confederación de Trabajadores Intelectuales) de Rosario y expuso en Montevideo (1938) invitado por el Círculo de Bellas Artes y la Sociedad de Amigos del Arte. Los lazos ideológicos anti oficialistas se multiplicaban tanto como los espacios expositivos extraoficiales: Ateneo de Montevideo —entre sus exposiciones destaca la realizada a beneficio de la España Republicana y la que organiza AIAPE con las tendencias no representadas en el Salón Oficial. Arzadun exalta a la Comisión Municipal de Exposiciones con una larga lista de artistas nacionales y su política de “llevar a villas y pueblos” del Uruguay selecciones de las muestras.
Contrariamente a esta evaluación positiva de esfuerzos, Arzadun critica la gestión del Ministerio de Instrucción Pública (Ministerio de Cultura) y a los Salones Nacionales incluyéndose en el debate público contra los jurados. Sin embargo, y ocupando un gran espacio del artículo, subraya la gestión hecha en torno a la exposición de arte francés De David a nuestros días, a su juicio “una revelación, [de] éxito extraordinario”. Nótese que ninguno de estos adjetivos utilizó en el resto del documento, por lo cual esta salvedad pone en relieve demostrando que la ascendencia de la cultura francesa seguía aglutinando valores del campo cultural local.