La agrupación Arte y Cultura Popular —fundada en Montevideo en 1931 y dirigida por la cantante española María V. de Muller (1881−1946)— cumplió importante actividad cultural en el campo del pensamiento, el arte y la docencia en Uruguay. En la conferencia del arquitecto Adolfo Halty (1915−74) publicada en Boletín de esa institución, se presentan ejemplos, por un lado, el arte folklórico —un arte “de contexto” basado en las raíces de las culturas populares que, en Los Estados Unidos, alcanza sus formas más expresivas y variadas en las primeras dos o tres décadas del siglo XX— y, por otro lado, la antigua idea esteticista de l´art pour l´art, una noción que el autor aplica a la pintura formalista, esteticista. Según el autor, la pintura es arte que tiende a embellecer una superficie lisa con color y forma. Escuetamente eso y más nada. “La rendición de Breda [de Diego Velázquez] no es para nosotros una pintura histórica, sino que es una buena pintura, porque está construida, porque se equilibra en la composición, porque el color pastoso nos hace gozar.” Halty expresa la importancia de hacer que el arte logre su verdadera “función social”, aunque lo haga con un discurso ambiguo. Aquel que parece reivindicar la noción de “arte por el arte” en un contexto sociopolítico adverso; esto es, sin que pueda advertirse con certeza si avala esa descontextualización cultural del arte y hasta qué punto llega a reivindicar la autonomía tanto de su esfera social y como de su lenguaje.