Carlos Irazábal (1907–91) formó parte de la Generación del ‘28 que se manifestó políticamente contra el régimen despótico y entreguista del general Juan Vicente Gómez. Su libro Hacia la democracia: contribución al estudio de la historia económico-político-social de Venezuela (publicado en 1939 desde su exilio en México) significó para la época el primer enfoque marxista del tema. Para la fecha, el régimen de López Contreras (1935–41) se distancia poco a poco del pasado gomecista al prestar atención a reclamos sociales y políticos que permiten a la sociedad venezolana un primer ensayo de libertades democráticas. El autor, que había sido expulsado del país por comunista, reconoce sin embargo que el régimen ha impulsado la educación y permitido la creación de sindicatos y partidos políticos además de la prensa libre. Nuevos intelectuales ubicados a la izquierda —Mariano Picón Salas, Inocente Palacios, Miguel Otero Silva, Miguel Acosta Saignes y Gilberto Antolínez— apoyarán las trasformaciones culturales y en especial la enseñanza artística. El entusiasmo del autor, por el momento que vive el país, se revela en el campo de las artes plásticas, más abiertas entonces a aquellas influencias americanistas. Estando Europa en guerra, se explica la preferencia hacia México para proseguir estudios: así lo hacen Héctor Poleo o César Rengifo, primeros representantes del realismo social e indigenista.
El mismo autor señala la particularidad de México, que vive con Lázaro Cárdenas (1934–40) un avance socialista, o de los Estados Unidos con Franklin Delano Roosevelt que toma iniciativas reformistas dentro del capitalismo. A estas páginas de síntesis aquí reseñadas se añade el mérito de una nota para la edición de 1974, que da fe de cómo un autor marxista era capaz de reconocer lo positivo del establecimiento de la democracia burguesa en Venezuela.