Con la muestra individual Les animaux, organizada en la Galería Mayz Lyon (Caracas) en 1988, el pintor, grabador y artista de medios mixtos venezolano Ismael Mundaray (n. 1952) ahonda sus búsquedas sobre el imaginario de la cultura africana en el caso de los animales involucrados en prácticas de santería. La propuesta pictórica del artista comunicaba el contexto ritual a través de colores encendidos y un trazo expresionista.
El texto del crítico Roberto Guevara (1932–98) aporta datos de interés para el conocimiento de la obra de Mundaray, información tanto sobre su filiación con culturas ancestrales como el sígnico funcionamiento de las imágenes. Guevara subraya su capacidad para relacionar al hombre con su entorno. No obstante, el principal aporte del texto es el énfasis sobre la noción de “proceso” a lo largo de la obra de Mundaray; una noción ligada a los intercambios que el mismo artista realiza entre diversos géneros, así como la intensa labor educativa desempeñada por el artista donde el trabajo de taller resulta tan significativo como la obra terminada. En este sentido, Guevara recupera axiológicamente la consideración de la investigación y de la obra procesual, a su juicio, ambas categorías válidas ante un producto artístico determinado y/o acabado. El crítico ofrece, asimismo, una mirada sobre los vínculos del artista con la escena artística del momento, aunque insistiendo en una deliberada autonomía de la obra de Mundaray con respecto al resto de las manifestaciones en Venezuela. La obra de Mundaray abandonó el color a principios de los noventa, pero continuó su indagación del universo pictográfico de las culturas indígenas en el país.